El Alzheimer canino es una consecuencia del envejecimiento que causa una degeneración neuronal y provoca graves alteraciones del comportamiento como apatía, somnolencia, falta de interés ante los estímulos, etc..
Además del envejecimiento, la falta de actividad constante y de atención por parte de su amo pueden influir en el desarrollo de esta disfunción. Puede presentarse a partir de los 7 años, edad en la que el perro ya se considera mayor, y afecta a un 25% de los perros viejos.
Los síntomas son:
- Hace sus necesidades dentro de casa y en cualquier lugar.
- Somnolencia y apatía, lentitud.
- Desorientación y confusión.
- Deja de reconocer a los amigos y al amo.
- No responde a los estímulos y no obedece órdenes.
- Se muestra más agresivo y se estresa con más facilidad.
Cuando se detectan estos síntomas de envejecimiento senil lo mejor es acudir al veterinario para que le proporcione un tratamiento farmacológico. Debe incrementarse el contacto con el animal y establecerse unas rutinas de alimentación y paseo muy estrictas. Además conviene evitarle situaciones de estrés que puedan alterarlo, así como cambios importantes en su entorno o viajar con él.
Una alimentación rica en antioxidantes y un estilo de vida activo y rico en estímulos, es la mejor prevención que podemos darle a nuestro perro frente a esta enfermedad.