Su cara achatada dota al Bulldog de dificultades al respirar, ruidos nasales y ronquidos nocturnos, así que no puede someterse a una intensa actividad física. Lo que lo convierte en una mascota ideal para quienes son más sedentarios.
Esta raza es además propensa a sufrir problemas estomacales por
ello es muy importante seguir las instrucciones del veterinario
respecto a su alimentación, además, tiende a la obesidad si come en exceso.