No está bien determinado cual es el origen de este problema, pero se supone que es una suma de factores. Hablamos siempre de un perro inseguro y muy apegado a sus dueños. Muchos de los perros que padecen ansiedad por separación no han sido correctamente socializados en el período que va entre los 5 y los 10 meses. Es importante que los perros se relacionen con diferentes personas en este tiempo para desarrollar un carácter seguro y confiado. Al mismo tiempo es bueno que pasen algún período solos cada día para aprender a esperar tranquilos porque saben que el dueño regresará. También parece haber una incidencia mayor en perros que conviven con una sola persona que en los que lo hacen con un grupo familiar.
Para el tratamiento de los perros con este problema existen cuatro formas:
-Realizar un entrenamiento para acostumbrarlo gradualmente a no sufrir por la ausencia de su dueño. Se comienza con salidas muy cortas, regresando en pocos minutos para que el perro no llegue a sentirse ansioso. Cuando se queda solo se le dejan golosinas, algún juguete favorito, juguetes con galletas escondidas en su interior para atraer su atención por un tiempo prolongado, música, etc. Paulatinamente se va aumentando el período de ausencia. En los perros que tienen fobia a estar solos, la adopción de otra mascota puede tener resultados fabulosos.
-Tratamiento farmacológico: la droga de elección para este trastorno es la clomipramina.
-Uso de feromona apaciguadora canina o DAP (dog appeasing pheromone), para el tratamiento de miedos y conductas asociadas al estrés en los perros. Se trata de un análogo sintético de la hormona segregada por las hembras para apaciguar y reconfortar a sus crías.
-Uso de terapias alternativas: puede ser muy útil consultar a un veterinario homeópata, ya que esta medicina tiene un abordaje integral del paciente y puede resolver este síntoma mediante la repertorización de tu mascota. Estas terapias suelen ser lentas, pero su efecto es duradero. Otra opción son las Flores de Bach, que funcionan modificando las emociones que están alteradas, en este caso el miedo, la dependencia del dueño y la falta de confianza del perro en sí mismo. En ambos casos hay que acompañar la terapia con la modificación del ambiente.
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